En todos los mitos de la creación y las leyendas cosmológicas, el agua es la fuente de la vida, con sus atributos infinitos: nutrir, dar vida, purificar, cuidar, traer el renacimiento … Desde Mesopotamia hasta América del Sur, las aguas son el símbolo de la sustancia primordial de la que todos nacen formas y a las que todas regresan. Es por eso que en las culturas antiguas el agua es un símbolo de lo sagrado.
En la antigua India, el “linga” era una columna de fuego que unía los cielos y la tierra, dividiéndolos y uniéndolos al mismo tiempo. La tierra fértil y acogedora era “yoni”. Los Yoni y Lingam de los altares hindúes son un recordatorio de que la existencia se divide en dos principios unidos: el femenino y el masculino.
El Yoni-Lingam representa la unión sexual femenina y masculina. En Tantra, el Yoni-Lingam es la máxima representación de Dios dentro de nosotros: representa la energía creativa expresada en el pensamiento y en la capacidad de generar vida. Las fuentes en los Parques de Estudio y Reflexión continúan con esta tradición ancestral.